martes, 11 de octubre de 2011

Mi reputación digital

Tras buscar mi nombre en Google, me di cuenta de que hay una gran cantidad de resultados. No es de extrañar, pues mi nombre es bastante común y mis apellidos son nombres de varón algo frecuentes.
Al escribirlo con los dos apellidos y sin comillas me aparecían 2.920.000 resultados. Una cifra como he comentado antes bastante elevada.  Por otro lado, el número de resultados se reducía a 367 resultados cuando éste lo escribía con las comillas.
Al investigar qué tipo de páginas se correspondían con mi identidad pude observar con sorpresa que salgo en más páginas de las que me esperaba.

Para empezar, no solo salgo en páginas de redes sociales, como  Facebook y otras en las que se informa de que tengo cuenta en la misma, sino que también aparezco en un par de asignaturas de la Facultad de Segovia. Una de ellas, es un blog de una optativa (Teoría de la cultura) en la que íbamos colgando las diferentes prácticas  que nos mandaban. Éste se llama: Huellas de la ciudad La otra, un blog de una asignatura que hize el año pasado junto con otras dos compañeras llamado:  3Reasons.
Como bien dice el artículo de Cristina Aced, “no podemos evitar ser digitales”. Tanto de una manera positiva, como negativa internet gestiona nuestra reputación nos guste o no.

Si alguien que me quisiese contratar  estuviese interesado en mí como empleada, buscando mi nombre en la red no sería suficiente para saber datos de mi vida personal y profesional.
Aparecería como una chica que se comunica mucho a través de las redes sociales, en mi caso Facebook, y que aparece en varios blogs universitarios donde cuelga sus prácticas y artículos de opinión. En definitiva, nada relevante.
Por eso, creo que debería hacerme más presente en internet. Por ejemplo creando un blog con noticias interesantes y hacer artículos de opinión sobre ellas para que mi reputación sea más interesante y la gente me conozca más.
Hay que tener cuidado también con lo que se escribe, se cuelga y comenta, porque si haces algo que no guste, podría volverse en contra de ti y verse reflejado en tu reputación. Ya lo dice el refrán: “coge mala fama y échate a dormir”.

Respecto a mi perfil profesional, estoy barajeando distintas posibilidades. Por un lado, me entusiasman las relaciones públicas y el poder ofrecer una imagen positiva de la empresa en la que trabaje me parece algo gratificante. Pero por otra parte, también estoy interesada en la comunicación, y trabajar en un gabinete es algo que me pica la curiosidad. Pero aun creo que tengo mucho que aprender, sobre todo en cuanto a los idiomas se refiere.

En definitiva, creo que hay que tener una buena reputación digital hoy en día, y demostrar de lo que somos capaces al mundo entero. Porque como un ponente de mi universidad un día dijo: “Internet ya no es el futuro, es el presente.”


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